Hay quien empieza a buscar oportunidades en la despoblación. O lo que es lo mismo: tenemos personal que ha decidido que sí se puede emprender en lo rural. No es tarea fácil, aunque casi nada lo es hoy en día. Sobre todo si hablamos de poner en marcha algún pequeño o mediano negocio, sea del tipo que sea. De momento, existen estamentos y organismos que brindan apoyo económico, si bien conviene tener a mano la ayuda de algún experto o asesor que te guíe en el proceso para no perderte en un mar de papeles, leyes y burocracias. De momento, es así y es lo que hay, aunque se podrían cambiar muchas cosas para hacerlo todo más ágil y llevadero.

Y también resulta muy positivo escuchar y aprender de los que ya se embarcaron antes en la aventura. Sus vivencias, peripecias y anécdotas pueden ser útiles para los que están pensando en innovar en nuestros pueblos y comarcas. Porque, aunque algunos no se lo crean, hay hombres y mujeres con ganas de labrarse un futuro en su tierra. Un colectivo que desea prosperidad para su entorno y que debieran gozar de todos los apoyos posibles.

Son los que han dejado de lamentarse y han comenzado a observar a su alrededor para preguntarse ¿qué podemos hacer?, ¿qué recursos tienen hueco?, ¿qué sectores están incompletos? y ¿dónde está el nicho de mercado? Han dejado de lado los peros y los sin embargo para ilustrar con un “y además”.

Cierto es que algunos datos de afiliación a la seguridad social, paro y padrones a la baja pueden invitar a tirar la toalla, sobre todo si no cesa el tintineo que martillea diciendo que todo está perdido y que no merece la pena jugarse ni un céntimo por el territorio. Es algo así como un mantra que desea llevarte a la resignación, para que lo vayas dejando pasar. Quizás es lo que algunos anhelan: que tu pueblo o tu comarca mueran del todo. Son los del lado oscuro, los que quieren llevar a su máximo esplendor la demotanasia. No podemos consentirlo más.

Así pues, brindemos por los que tienen ganas y energía y demos la bienvenida a los que desean no marcharse, pero también a los que quieren arraigarse por estos pagos. Cada gesto, cada acción, debe ser aplaudida como una pequeña o gran victoria. Un paso hacia el éxito y que contagie con alegría.

De todo ello hablamos en el libro «Castilla, ancha y eterna. Mundo rural: pocos, pero con ganas».

Por si fuera de su interés. Gracias.

Nota: Estamos con la Revuelta de la España Vaciada. La suma es lo que cuenta. A ello.