No parece que exista una tecla mágica para tocar y resolver el problema de la despoblación. Aunque últimamente se celebran muchas reuniones, encuentros y congresos para hablar del tema. Y está muy bien que el problema ocupe tiempo de conversaciones y análisis. Ya veremos si luego los minutos se convierten en espacio de realización, sobre todo por parte de los que tengan la responsabilidad de gobernar. Ojalá sean capaces de caminar juntos de la mano, aparcando siglas. Sería muy positivo para todos.
Pero permitan que hoy resuma el reciente encuentro celebrado en Soria a iniciativa del Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid. En esencia, dejaron como deberes (y sugerencias) un interesante decálogo: que hay entender la despoblación como una crisis de territorio de dimensiones económicas, sociales y culturales. Que se precisa un cambio del modelo de territorio. Añadieron, de igual suerte, que tienen que revisarse los criterios con los que muchas veces se han trazado las estrategias y políticas. Que deben corregirse los desequilibrios generados hasta el momento y que determinaron (marcaron, dirían yo) las diferentes oportunidades y calidades de vida entre lo rural y lo urbano.
Apuntaron que se necesita promover el desarrollo sostenible del medio rural y que las dotaciones en materia de sanidad y educación son y resultan imprescindibles. Sin olvidarse de otros epígrafes: como por ejemplo que la sostenibilidad social del medio rural necesita del arraigo femenino y se impone el conseguir la mejora de los servicios e infraestructuras.
Sumando, en otro orden de cosas, que hay que llevar a cabo una ordenación del territorio en sentido estricto. Finalmente, los expertos y ponentes agregaban que es vital implementar una verdadera estrategia de desarrollo multifuncional.
Y en verdad os digo que muchas nos suenan a los afectados de la España Rural Poco Habitada. Ahora bien, si todo lo resumido se aplica – o se mejora en lo que ya se ha ido actuando- quizá se puedan salvar algunos muebles.
Responsabilidad de todos, pero alcaldes, diputados y procuradores serán las cabezas visibles. Ellos serán los que tengan que dar visibilidad al mayor patrimonio que tiene esta tierra: sus gentes.
Nota: Julio César Izquierdo sigue viajando por nuestra región presentando su último libro. La próxima cita, el 31 de mayo en la localidad vallisoletana de Castronuño.